miércoles, 11 de mayo de 2016

Otras dos jornadas intensas...

Esa velocidad con la que se acumulan discusiones, diferencias, aportes, sorpresas, repetición, estancamiento o ilusión dentro del debate académico. La hermosura de la edad y las búsquedas, como una sangre que continuamente vivifica. La institución universitaria preservará semejante privilegio en tanto se encuentre fundada sobre bases sanas, mientras más amplia sea la mentalidad de sus directivos y más lejana o penetradora en el tiempo futuro la visión que del acto de enseñar tengan los docentes.

El viernes 6 estuve en Brown University, participando en uno de los paneles del encuentro titulado "Cuban Transitions: What's Left Out?". Felicidades a las organizadoras, Esther Whitfield y Jennifer Lambe, por tanto esfuerzo y atenciones en esta reunión que se celebró en el Watson Institute for International and Public Affairs, organizada por el Center for Latin American and Caribbean Studies, y con el co-patrocinio del Cogut Center for the Humanities y el Department of History de la misma universidad..

Cuando se viaja por país extranjero es emoción particular la coincidencia con amigos viejos, de modo que disfruté de manera especial la presencia de Juan Antonio García (empeñado en dar impulso al proyecto "La calle de los cines", en su Camagüey) y a José Ramón Sánchez (hacedor, junto con Oscar Cruz, de la muy importante revista literaria "La Noria"). Además de ello, estuvieron amigas como Katherina González Seligmann, Flora González y la sorpresa del actor cubano Lieter Ledesma, protagonista de la película "Alas", proyectada (para mi desgracia) en la noche.

De las presentaciones disfruté sobre todo las de Marc D. Perry, Mrinalini Tankha, Ben Chace (realizador del largometraje "Alas") y José Ramón, cuyas respuestas -ríspidas y de feroz independencia- quedan para la memoria. Por azares de la distribución de sillas me tocó quedar sentado al lado de Chase, de modo que dispuse de unos pocos minutos para conversar con el y experimenté la sacudida de escuchar a este joven realizador estadounidense que tomó de un cuento de Borges y algo también de Lezama la inspiración para su película. Gran obra de amor y de fe ha sido su descubrimiento, encantamiento, esfuerzo y continuidad a propósito del escritor cubano.

El día siguiente, sábado 7, lo disfruté también, hasta el último minuto, en la segunda sesión del taller con el primer grupo de seleccionados para las que van a ser jornadas anuales del Mark Claster Mamolen Dissertation Workshop Class. Estas jornadas, convocadas por el Afro-Latin American Research Institute at the Hutchins Center for African & African American Research, Harvard University, han sido concebidas para ofrecer un marco de intercambios de alto nivel a estudiantes graduados que, sin importar el lugar, se encuentren trabajando tesis cuyo tema se ubique en el área de los estudios afro-latinoamericanos.

Esta voluntad institucional no sólo es clara prueba del fortalecimiento del Hutchins Center, que con toda claridad apuesta por intensificar el alcance de su trabajo hacia lo que podemos definir como Afro-Latinoamérica (con todo lo que ello implica en cuanto a complejizar las visiones sobre la diáspora africana), sino que es muestra del empeño revolucionador del historiador Alejandro de la Fuente al frente del Afro-Latin American Research Institute.

(siempre termino esbozando una sonrisa cuando casi falta el aire para pronunciar títulos tan largos)

Para captar el sentido de aquello a lo que me refiero al hacer uso del término "voluntad institucional" basta tener en cuenta la organización, en el mes de diciembre, del simposio “Afrodescendientes: quince años después de Santiago. Logros y desafíos” en el cual -además de líderes afrolatinoamericanos- participaron funcionarios de agencias internacionales y de gobiernos de la región, profesores y estudiosos del tema.

Más que merecido es el aplauso porque Alejandro ha hecho un trabajo impresionante como figura líder en ambos eventos, además de que se entiende (mediante la suma de ambos escenarios) la existencia de un verdadero proyecto de desarrollo para los estudios afro-latinoamericanos, así como las múltiples conexiones de dicho empeño con el modelo general del Hutchins Center y ello quiere decir que aún tenemos mucho que esperar en esta área.

En fin, que el taller, lo mismo ese sábado en el cual estuve a jornada completa que en su totalidad, según opinaron luego los participantes, fue un éxito completo. Destacó la atmósfera de sana colaboración y diálogo, sin egos ni "divismo", el interés de los temas, la calidad de las presentaciones, el aporte desinteresado de los asistentes.

Gracias, Brown.

Gracias, Harvard.

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